Omar Al Atrach

Omar Al Atrach

domingo, 25 de julio de 2021

VENEZUELA ¡ALERTA! NOSOTROS VENCEREMOS


Desde los 12 años de edad ando en este peo, a veces me veían extraño porque mi marco analítico y de acción siempre se fundamentaban en lo demostrable, en elementos científicos y matemáticos; obviamente incomprensibles para quienes priorizan tarimas por sobre la construcción orgánica.

En el año 2011 me encontraba en Siria, tenía unos 20 o 21 años de edad; cumplía unas tareas que me obligaron a pausar temporalmente mis responsabilidades en la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela, específicamente en la Comisión de Asuntos Universitarios. Tenía cosas que cumplir, que honrar.

Estando por Damasco en una ocasión, almorzaba con un buen amigo, de esos cuya tarea radica en conocer las cosas. El compa me invita a comer pescado frito, alardeaba de que eran los mejores que yo probaría; pues que atrevimiento el suyo, casi insolente. Yo crecí en Caicara del Orinoco, obviamente él no sabía de lo que hablaba, si nunca se había sampao una Cachama o Coporo frito con cachapa y queso llanero, arepa e' Coroba y un buen jugo e' Moriche fresco.

Discutíamos desacuerdo con finalidades de acuerdo, cosas familiares, coyunturas históricas; al fin y al cabo mi familia debía tomar decisiones ante una injusta guerra, impuesta, una que marcaría la vida de millones.

Entre la efervescencia de una coordinada discusión, él me aseguró, fuera de todo margen; que: 

..."lo mismo que hoy se aplica en Siria, será aplicado en tu país, Venezuela".

Subestimé sus palabras envueltas en advertencia. El Comandante Presidente Hugo Chávez estaba con vida en ese momento y colectivamente sentíamos una especie de protección, una que nos hacía vulnerar condiciones que pudiesen generar situaciones complejas a futuro.

Al regresar a Venezuela había tocado el tema con un gran hermano, Xoan Noya, y evaluamos ciertos escenarios de condicionamiento territorial e incidencia limítrofe que pudiesen favorecer una situación similar a la de Libia o Siria, pero con las peculiaridades idóneas de esta región. Acordamos que solamente era posible mediante un largo acondicionamiento y un proceso sistemático de infiltración de elementos hostiles a través de las fronteras o por nuestras costas, pero acarrearía todo un mecanismo de movilización y logística hasta ese momento insostenibles por países vecinos no concordantes con nuestro proceso político.

Al año siguiente, en una reunión de compañeros, mi admirado ex decano, Contralmirante e ingeniero César Labrador Tovar; me explica sobre una especie de aparataje de inducción organizativa de bandas armadas auspiciadas desde Colombia. Años después logramos corroborarlo desde la Zona Operativa de Defensa Integral del Estado Bolívar, donde además nos percatamos que miembros de bandas criminales ya manejaban información sobre un intento de magnicidio contra nuestro Presidente Nicolás Maduro, un mes antes de su ejecución en estado de frustración el 04 de Agosto del año 2018. Pero en ese preciso momento veíamos irreal ese suceso, pero sucedió y encendió nuestras alarmas. Sin embargo y previo al hecho, notificamos a quienes correspondía notificar, mantuvimos el hermetismo necesario para canalizar con disciplina la información y que esta pueda ser evaluada.

Las organizaciones delictivas en Venezuela comenzaron a desplazarse con mayor fluidez a través del territorio nacional (combustible económico, controles evadibles, condiciones favorables para el despliegue y repliegue). Además, el acceso masivo a las redes sociales les habían hecho comprender el impacto que generaban los métodos de guerra psicológica aunados a proyecciones visualmente explícitas, tal y como se vio en Irak y en Siria con DAESH, bajo el direccionamiento del polémico Abu Bakr Al Baghdadi (respaldado bajo mesa por Washington/Langley y Tel Aviv).

El Estado Bolívar compone una región esencial que ya había sido previsualizada por los organismos de inteligencia estadounidenses para propiciar organizaciones armadas bajo la fachada de bandas criminales comunes pero organizadas, auto sustentadas con la minería aurífera. Además contaban con un suministro constante de armas, no sólo a través de tráfico precisado en los parques locales, sino también mediante suministros a través de empresas brasileras, una de ellas con sede principal en el Estado de Texas, Estados Unidos.

Ya para el año 2019 y 2020 se venían manejando datos sustanciales sobre reuniones clandestinas en la ciudad de Maracay, destinadas a planificar el recibimiento de un grupo de mercenarios provenientes de Colombia e islas del Caribe. Dicha información logró en parte, alertar sobre cualquier desembarco sospechoso o infiltración fronteriza atípica por parte de cualquier grupo hostil, ayudando a dar con la aprehensión de los terroristas del Plan Gedeón.

Sin embargo entendíamos que dicho intento de infiltración era sólo parte de una planificación mayor. No había transcurrido el primer semestres del año 2020, y ya en situación pandémica, cuando los datos verificables y las distintas informaciones comenzaron a construir el panorama real.

Las asignaciones de nombres por parte de los responsables variaban dependiendo de la magnitud de la operación o el plan temporal respecto a su área de desarrollo. Pasó desde Operación Gedeón hasta Operación Pometeo, y desde Plan Santander (de movilidad y logística), hasta Operación Venezuela.

Tenían precisado un intento de Golpe de Estado para el 07 de Octubre del año 2020, sin embargo los desacuerdos eran notorios entre las filas de la derecha y sus ejes de dirección, atenuado además por las elecciones en los Estados Unidos el 03 de Noviembre del mismo año, por lo que postergaron.

El tipo de operación se basaría en cuatro puntos esenciales:

  1. Inducción de colapso de los servicios públicos, de telecomunicaciones y el suministro de combustible. 
  2. Golpe interno a las estructuras primarias del poder político y militar en regiones precisas.
  3. Ejecución táctica de clase Extraction Night, de nuestro Presidente Nicolás Maduro.
  4. Inicio de un plan post operacional que incluía una operación de limpieza (asesinatos selectivos), en un periodo que llamarían "La Cuarentena", donde estimaban mantener bajo sabotaje el servicio de las telecomunicaciones y el suministro eléctrico por un periodo aproximado de 40 días. Para este último punto usarían un grupo de paramilitares pertenecientes a un campamento ubicado a las afueras de Lima, Perú; compuesto por un personal de 55 individuos, entrenados por miembros de los S.W.A.T. y un comando de origen israelí no precisado. El encargado logístico de dicho campamento es el ciudadano José Figuera.

Pero ahora hagamos un alto. Indiscutiblemente la planificación del adversario es amplia, ostenta implicados, procesos, financiamientos, métodos y respaldos puntuales (internos y externos); y detallarlos en una pequeña síntesis de dominio público, no sólo sería innecesario, sino también indebido.

Para tener claridad respecto a todo el plan sistemático de elementos multifactoriales utilizados para arremeter contra Venezuela, tenemos que comprender  obligatoriamente el origen de su arquitectura. Pero haré el intento de explicarla de forma superficial.

Nuestro país siempre será objetivo ante los ejes de poder internacional. No solo por ser piedra angular de movimientos históricos expansivos, incluso antes de que fuera constituida como nación libre y soberana; aparte de su posición geográfica, accesos, riquezas minerales y energéticas (muchas de ellas certificadas); también por parámetros psico-sociales que colocan al venezolano y a la venezolana como individuos difíciles de doblegar, impredecibles, pero fáciles de inducir debido a sus conductas accesibles.

Entre los años 2003 y 2004 se comenzó a construir desde Washington una metodología de infiltración contra nuestro país, las cuales abarcaban tres puntos esenciales de cinco puntos generales. Cuyo objetivo sería generar condiciones de permeabilidad dentro de las estructuras del Partido Socialista Unido de Venezuela, empresas básicas del Estado (esencialmente PDVSA S,A y filiales) y nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana; además de un respaldo extenso y variado a Organizaciones No Gubernamentales. Dicha metodología tenía el nombre de P5P ó Plan de 5 Puntos.

La implementación del plan tenía dos líneas de ejecución paralela. La primera de ellas generaba golpes intercalados (así no concluyan resultados efectivos para el adversario), y la segunda mantenía su linealidad en el aparataje de infiltración mimetizado y el abordaje, indistintamente lo que pudiese ocurrir.

La distribución político-territorial y la incidencia demográfica determinan la caracterización geográfica de los ejes de poder, en el caso de Venezuela este factor generaba puntos vulnerables que bien conocía el adversario. Si neutralizas ciertos accesos a una región donde se dinamiza un aparato de dirección, por ejemplo; se golpea tajantemente la capacidad de respuesta ante un hecho hostil.

Sin embargo nuestra Revolución llevó a cabo un proceso necesario de evolución en la administración defensiva de nuestro territorio, revolviendo la planimetría en las mesas de planificación del adversario. Las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI), Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI) y Áreas de Defensa Integral (ADI); no sólo comprenden la reconstitución efectiva del aparato defensivo con capacidad de ofensiva en el marco territorial, sino que también responden a la construcción de una estrategia superior destinada al acople eficiente del uso local o regional de recursos, nuevo marco productivo, una nueva metodología militar con ventaja residente, el anexo progresivo de las milicias populares y los grupos combatientes. Sin duda, un gran dolor de cabeza para todo teatro operacional que visualice ejecutar cualquier adversario que pretenda arremeter con acciones regulares.

Sin embargo los estrategas de la derecha internacional buscaron otros métodos, sujetos a la segunda línea de ejecución del plan P5P (proseguir con la infiltración y el reclutamiento), y utilizar la reformulación defensiva-territorial para un abordaje que pudiese evadir, en parte, el alcance de los sistemas de inteligencia y contrainteligencia de nuestros organismos, los cuales aun permanecen en cierto modo centralizados.

Para ello no sólo la C.I.A. y la N.S.A. debían acoplarse al trabajo contra nuestra patria, como ya lo habían venido haciendo. Sino además buscaron el apoyo de unidades de inteligencia israelíes (especialmente en el área de abordaje e inteligencia electrónica), el F.B.I. (área de seguimiento y también inteligencia electrónica), la D.E.A. (abordaje y construcción de falsos positivos para el acondicionamiento de colchones jurídicos), e inteligencia colombiana (muy variada y extendida, conocedora del arte de Poncio Pilatos). Otros organismos que no menciono cumplen funciones logísticas, de adiestramiento y otras movilidades operativas.

Si hablamos de infiltrar y reclutar elementos, la C.I.A. aplica un modus que hemos bautizado como Metodología de Visualización, Caracterización, Inducción y Abordaje. Donde primeramente visualizan la dinámica económica particular del objetivo y su entorno, caracterizan sus debilidades, inducen a través de terceros elementos a declinar su rigidez, y posteriormente lo abordan para persuadirlo, disuadirlo o reclutarlo. Esta práctica en ocasiones también se aplica en terceros elementos que incidan de forma engañosa en decisiones de factores de dirección en alguna área específica, institucional pública, privada o militar.

Para dicha metodología la utilidad de las redes sociales por parte del adversario y la figura femenina, representan dos de las más eficientes viabilidades de previsualización y caracterización de objetivos, además del seguimiento pasivo pero constante de los entornos y contornos.

Combatimos a estrategas cuyas prácticas han doblegado naciones enteras, procesos populares y revoluciones en plena lógica de poder favorable. Todo hecho hostil concretado dentro de nuestro territorio nacional, no se ha ejecutado sin beneplácito de elementos condicionantes y colaboración de factores internos.

Los enemigos de Venezuela se percataron de que la Revolución Bolivariana no es solo un hombre, no es un liderazgo aislado, no es nada mas el Presidente Nicolás Maduro; tras él se encuentra toda una maquinaria compuesta por una militancia compleja y diversa, una Fuerza Armada amplificada en sus parámetros de ejercicio, un compendio de seguridad/inteligencia/contrainteligencia en constante aprendizaje, un equipo variado de estrategas de alta competencia en distintas áreas y un Partido sólido en permanente dinámica. Y a esto debemos sumarle el respaldo de ejes geopolíticos de poder, lo suficientemente fuertes como para generar reacciones inmediatas en respuesta a hechos imprudentes.

Imponer un Presidente alterno y buscar asfixiar la economía nacional, no le dieron resultados consistentes a Washington; y buscar ejecutar una "intervención humanitaria" sería un completo desastre, el cual hundiría aun más la influencia de los Estados Unidos y daría luz verde para que la Federación Rusa salde cuentas con Ucrania, la República Popular China sonría pícaramente a Taiwán y las Islas Diayutai, aparte de poner en mayores aprietos a Malasia; y la República Islámica de Irán termine de desconfiar de todo intento de pautar términos de negociaciones que limiten el desarrollo de sus capacidades nucleares. 

Aún así la derecha internacional debía buscar las formas de golpear nuestro proceso político, y decidió hacerlo forjando una serie de campamentos paramilitares en varios Departamentos de Colombia,  inmediaciones de la capital del Perú, aparentemente en el Estado de Roraima en Brasil y probablemente en regiones de Guyana e Islas del Caribe (aunque para mí estas últimas se inclinan más a la presencia de personal logístico y de apoyo operacional); y todo bajo cierta administración de Iván Simonovis. Pero este individuo no estaba sólo en el terreno, lo acompañaba un equipo conformado por Richard Dobrich (ex director de la DEA en Colombia), un grupo de asesores y cierto personal de dirección; aunque también estaban involucrados Julio Borges, Rafael Ramírez, Leamsy Salazar, Christopher Figuera, Cliver Alcalá, Hugo Carvajal, Gioris Guzmán, Carlos Vecchio, Antonio Ledezma, Tiberio Bermúdez, Gaby Arellano, Lester Toledo y un tal Enrique García, entre otros. Cada uno con responsabilidades específicas.

Por cierto, la tarea de Christopher Figuera y Leamsy Salazar era más logística, de contactos; respecto a Hugo Carvajal, su responsabilidad estaba aunada a entrega de información, y de seguro su abogado debe saber mucho de eso, y Rafael Ramírez mucho del abogado.

Dichos campamentos contaban para finales del año 2020 con un supuesto personal de 1.312 individuos, y digo "supuesto" debido a que estos tipos son exagerados, siempre buscando generar un ambiente de confianza engañosa frente a sus compinches. Claro, toda este situación bajo el conocimiento pleno del Cartel de Lima, el Gobierno colombiano, Estados Unidos e Israel.

Como dato curioso. Iván Simonovis había realizado dos viajes hacia Medio Oriente, el primero entre la primera y segunda semana de Agosto del año 2020, y el segundo viaje entre la primera y segunda semana de Septiembre del año 2020; ambas con el mismo destino: Emiratos Árabes Unidos/Arabia Saudita. Claro, dos monarquías con apertura plena ante las finanzas israelíes y con lindos espacios para reuniones exóticas. 

La primera prueba que ejecutan los adversarios de Venezuela para medir los niveles de respuesta "favorables" de la población, fue llevada a cabo en el Estado Yaracuy en Septiembre del año 2020, se desembolsaron varios millones de dólares americanos, planchaditos y recién impresos (aunque se robaron gran parte de ese botín). Se entregaban 20 dólares a cada elemento generador de violencia y parte de la ruta utilizada para trasladar ese "incentivo logístico", es la misma que fue utilizada, en parte, para financiar algunas bandas armadas. Pero en el Estado Yaracuy el asunto no les resulto, tampoco genero notables patrones repetitivos.

Iván había concretado la adquisición de 84 rifles Barret para francotirador con mecanismo cerrojo (entre otros tipos de rifles), un lote aproximado de 1.200 unidades de fusiles Galil, un lote de subfusiles MP7 Heckler & Koch de fabricación alemana, equipos de comunicación y explosivos (gran parte provenientes de una empresa minera colombiana). Habían estimado que el resto del arsenal requerido lo obtendrían del tráfico local de armas en la región.

Casualmente nuestros organismos de seguridad decomisaron un rifle Barret para francotirador con mecanismo de cerrojo en los recientes operativos en la COTA 905, y el agente estadounidense capturado en Septiembre del año pasado ejecutando labores de reconocimiento en el Estado Falcón, tenía entre sus posesiones un subfusil MP7 H&K.

Claro, no es de extrañar ver a marines o ex marines de los Estados Unidos metidos en la vuelta, y más cuando las empresas de seguridad: CACI International/Guarda World Corporation/BOOZ Hamilton (las tres con marcada experiencia en la guerra contra Irak), mantienen una estrecha relación de negocios con Iván Simonovis.

Entre las acciones que había estipulado la derecha internacional, algunas fueron frustradas, en parte. Sin embargo tenían planeada una clara arremetida contra el Sistema Eléctrico Nacional, y para ello sabían que debían infiltrar ciertos anillos y sistemas de seguridad, por tal razón emprendían y emprenden reconocimiento de campo en áreas específicas. Aparte de una coordinación para atentar contra las telecomunicaciones, incluso la que ofrecen empresas privadas. Y en general, sin detallar; una ataque general contra la planta eléctrica de la Refinería de El Palito, Amuay, acciones contra aeropuertos en algunos estados, voladura de ciertas vías de comunicaciones y de transporte masivo. Sí, toda una buena gama de acciones terroristas al mejor estilo DAESH.

La situación acaecida en la COTA 905, es una simple apéndice desbordada de un plan inicial de mayor envergadura. Pero se debe tomar en cuenta que existe una conexión activa de estos elementos con una serie de organizaciones negativas distribuidas en los estados fronterizos, Estado Bolívar, región oriental, norte-costera, capital y llanera; las cuales en conjunto representan un problema serio. No porque puedan hacer frente de forma efectiva a nuestros organismos de seguridad o a los componentes de nuestra Fuerza Armada Bolivariana; sino por la naturaleza volátil que ostentan, su desplazamiento irregular e impronosticable accionar.

La adecuada atención de nuestro Presidente Nicolás Maduro junto a los líderes y liderezas de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en conjunto con organismos de seguridad, inteligencia y contrainteligencia; han permitido bloquear los factores detonantes que puedan haber dado pie a una situación hostil de mayores magnitudes en zonas sensibles de nuestro territorio, aunado a la neutralización eficaz de la situación en zonas fronterizas del Estado Apure (que ya desde hace algunos años venía presentando ciertas condiciones atípicas).

Esta necesaria gama de acciones obligó a los entes de planificación del adversario a proseguir con mayor énfasis la infiltración de elementos hostiles hacia nuestro país, y a seguir organizando y financiando bandas armadas dentro de nuestro territorio, en aras de precisar los puntos de inflexión difíciles de ejecutar desde otros espacios. 

La violación de nuestro espacio aéreo por aeronaves militares estadounidenses (de reconocimiento, inteligencia, transporte de personal, etc) y ciertas incursiones terrestres; más responde al accionar para medir nuestras distintas capacidades de seguimiento y detección de amenazas, respuesta de nuestros radares o sistemas de comunicaciones; que a la antesala de una acción hostil inmediata. Además de que debemos prestar amplia atención a las regiones adyacentes al territorio colombiano de donde se ejecutan los hechos.

Es necesario digerir serenamente el hecho de que el sistema de poder estadounidense y sus aliados no escatimaran esfuerzos para arremeter de cualquier forma contra Venezuela. Con la Revolución hemos retomado una postura contraria a la lógica elitista internacional, la misma que mantenía nuestro Libertador Simón Bolívar. En otras palabras, desde que emprendimos nuestro proceso revolucionario reingresamos a un tablero de ajedrez, pero no como pieza; retomamos nuestro puesto en la mesa.

Dejaré este escrito inconcluso, es lo adecuado. Sin duda son muchos los detalles que no son necesarios plasmar en un pequeño análisis. Entender con claridad que la honorable responsabilidad de sostener nuestra Revolución Bolivariana no debe recaer solamente en nuestro Presidente Nicolás Maduro, es una necesidad verdadera. Todas y todos estamos llamados a la defensa permanente de nuestra integridad territorial, nuestra soberanía y los cánones políticos que sostienen nuestro proceso.

Estos reiterados llamados no deben ser líneas insistentes de vacío contenido. Debemos reformular y adaptar de forma constante y permanente toda nuestra estrategia de seguridad, inteligencia y contrainteligencia; acercarlas más al poder popular y a sus potenciales capacidades exploratorias, conectarnos orgánicamente con las bases, sus medios de producción, su vida cotidiana.

El entendimiento de nuevos códigos, su comprensión, restarle fuerza a las inducciones de shock; responderle de forma eficaz, preventiva. Deberá acarrear una conjunción perfecta de esfuerzos teóricos, sociales, económicos y de innovación tecnológica; que solamente es posible triangulando la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el Partido Socialista Unido de Venezuela, los distintos motores económicos y por sobre todo las Bases Populares.

No podemos descartar a nadie. El militar que cumplió sus servicios y pasó a retiro, el dirigente desestimado, el señor de la bodega, el emprendedor que busca apoyo, el/la militante no visualizado, el joven ingeniero, la mujer con capacidad de innovación o el viejito miliciano; todas y todos son indispensables. Quien diga lo contrario, no está sujeto a la realidad y al tiempo histórico en el que vivimos.

Parte vital de las personas que han salvaguardado nuestra Revolución no han salido en televisión, no tienen cuentas sociales con marketing político que coadyuve a obtener un cargo institucional, no tienen hermosas placas de reconocimiento; y han generado mayor saldo orgánico en pro del resguardo de nuestra soberanía nacional que cualquier figura visible. Son nuestros héroes y heroínas en silencio..

En HONOR a mi Contralmirante e Ingeniero Eléctrico, Cesar David Labrador Tovar. Forjador de la juventud militante, pieza indispensable en la construcción de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela en todo el territorio nacional y protector del sistema eléctrico nacional... Vuela alto PATRIOTA!





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