Omar Al Atrach

Omar Al Atrach

domingo, 15 de mayo de 2022

¿PORQUE RUSIA ES INVENCIBLE BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE VLADIMIR PUTIN? - por OMAR AL ATRACH






Desde la existencia de las milicias a través de la historia humana, la conducta y estructura social han sido factores preponderantes, pero no limitado al individuo armado como ente aislado, sino a la población nativa como factor angular.

Ciertamente, no es sencillo establecer similitudes de los tiempos históricos respecto a la capacidad armada en las distintas sociedades humanas en la actualidad, debido al avance de la tecnología, la redistribución político/territorial, la composición de todo un compendio jurídico local e internacional, y el estado dinámico de conductas que se le inducen a los individuos a través de distintos medios masificados.

Sería ideal la convivencia en una civilización humana globalizada donde el respeto por los derechos, la no agresión, la autodeterminación de los pueblos y las riquezas de las diversidades culturales no trastornadas, sean los puntos elementales que definan las relaciones geopolíticas. Pero no es la realidad, mientras una élite occidental sostenga su motor económico mediante el aparataje de la guerra, la sublevación de los pueblos y la erradicación de la narrativa histórica del individuo; no queda otra opción más que blindarse social, cultural y militarmente.

La construcción de un blindaje orgánico y una capacidad defensiva eficiente, son puntos esenciales para la forja de la solidez existencial de una nación, sin embargo los elementos que se conjugan para alcanzar tales objetivos son muy diversos y componen la construcción sistemática de campos de operaciones multi disciplinarios.

La élite occidental ostenta un eje de dominio territorial con características peculiares, entre las que destaca una población étnica y cultural diversificada, lo que ha llevado a la aplicación de políticas que desvinculan al individuo de su familia, de los vínculos hombre-mujer-hijos-hijas y de su propia identidad de origen. Por tal razón se puede observar toda una gama sofisticada de proyección de códigos de manipulación psicológica en plataformas digitales, donde el trastorno de la estructura social, la sexualidad, la erradicación de la religión y la sobreposición individualista, fracturan al individuo en su noción psico-colectiva, trastornando sus emociones . En pocas palabras, crean un ser programable y afín a una lógica de poder parcializada.

Este hecho genera un impacto directo en las estructuras sociales, y estas a su vez en la lógica militar, permitiendo la afinidad de individuos que no forman parte de la estructura castrense de una nación alterna, a respaldar, colaborar o prestar sus servicios a causas que no les pertenecen. De igual manera deforma la realidad percibida, abriendo un amplio campo para la manipulación psicológica.

Los Gobiernos de Bolivia, Hungría, y Venezuela, han sido algunos de los que han logrado percibir, en ciertos niveles, estos nuevos métodos globalizados y de códigos sofisticados impulsados por la élite global, que a simple vista no componen una agresión directa que jurídicamente pueda ser demostrada, pero sí constituyen un daño frontal que pone sistemáticamente a merced de un polo de poder internacional, cualquier soberanía.

Si partimos de la síntesis de esta situación, comprenderemos con coherencia, que la Acción Militar Especial de la Federación de Rusia sobre la administración neo nazista de Ucrania, no solamente significa una situación de conflicto incitada por la élite occidental, sino también la confrontación de dos modelos de subsistencia global; una de ellas predispuesta a eliminar la narrativa histórica del individuo y la deformación de las estructuras sociales en pro de establecer un dominio mejor programado, y otra que compone la resistencia en pro de mantener la narrativa histórica de las sociedades como una verdad inalienable, garantizando la formación de un individuo con consciencia y criterio.

Esta realidad es bien conocida por los ejes de poder de la Federación de Rusia y la República Popular China. Traduciéndose en políticas estratégicas con un vital impacto en el modo y la forma en que se debe sostener la protección y resguardo de la soberanía. Entendiendo además que esta no compete exclusivamente a la administración de defensa, sino también a la simbiosis que el eje de poder central pueda sostener con todas las áreas de desarrollo social, cultural, económica, comunicacional e incluso biológica. 

Precisamente bajo la premisa expresada, es que comenzaré a explicar el porqué una nación como Rusia, bajo la administración del Presidente Vladimir Putin, es imposible de sublevar o vencer. Pero primeramente hablemos de la territorialidad y su condición.




TERRITORIO Y CONDICIÓN CLIMÁTICA


Condición del territorio y clima, factores elementales de evaluación ante cualquier teatro operacional tentativo, lo que no tomó en cuenta la Oberkommando des Heeres (alto mando del ejército alemán), llevándolo al fracaso de la Operación Barbarroja y a la final aniquilación de 86 divisiones de infantería y 17 divisiones acorazadas. Un resultado similar se habría llevado hace más de un siglo antes Napoleón Bonaparte en su campaña contra Moscú.

Rusia es la nación más grande del planeta, con una superficie superior a los 17 millones de kilómetros cuadrados, y una extensión terrestre mayor a 16 millones de kilómetros cuadrados. Lo que la hace prácticamente imposible de controlar militarmente.

Las condiciones del clima ruso componen un completo infierno para cualquier componente militar foráneo, y a pesar de los grandes avances en equipamiento de movilidad, vehículos multipropósitos y material especializado; la condición climatológica y las variantes condiciones del terreno generaría problemas que aún con la tecnología actual, sería complejo de superar en los tiempos operacionales predispuestos en cualquier planificación estratégica.

Rusia no ostenta accesos marítimos o terrestres que constituyan una debilidad en el monitoreo defensivo, más allá de las conocidas ante sus fronteras con Europa, cuyas líneas limítrofes y adyacentes se encuentran extensamente protegidas, contando además con condiciones de fácil despliegue convencional o especializado.

Puede tomarse el tema del avance tecnológico en la movilización y la logística, incluso el uso de armas convencionales con propulsión avanzada o el uso de equipos altamente especializados por parte de occidente. Pero un conflicto extensivo sobre Rusia, por su naturaleza, acarrea una operación coordinada de tiempos prolongados, y el clima sería una variable determinante. Entonces, cabe preguntarnos ¿las divisiones mecanizadas y motorizadas no requieren de combustible, lubricantes y anticongelantes? ¿como se movilizarían eficazmente ante el infernal clima?, y si se recubre los misiles con material compuesto de tungsteno para evadir armas especializadas de detección ¿no alteraría los sistemas guías de los componentes electrónicos? ¿se escudarán en las prestaciones de los F-22 Raptor o F-35, con los problemas de aviónica que han intentado ocultar? ¿la condición biológica y psicológica del soldado occidental tiene la misma resistencia que aquellos con genética residente adaptada a las condiciones locales?. 

Vamos, son estas y miles de interrogantes que no son propias de mi. Les aseguro que las mismas preguntas se las hacen los estrategas de la Secretaria de Defensa de los Estados Unidos, su Agencia Central de Inteligencia, y al igual que yo, aún sin respuestas definitorias. Por tal razón, a través de la historia reciente, todo conflicto militar o de desestabilización cuyo objetivo es afectar a Rusia, se estima en sus alrededores (Ucrania, Georgia, Bielorrusia, Kazajistán, etc), jamás dentro de su territorialidad.

Sin embargo, divago en un asunto imposible, y no sólo por las condiciones terrestres, climatológicas y de capacidad combativa, sino también por toda una nomenclatura jurídica internacional que lo impide, y en tal caso de violentarse con agresiones de altas magnitudes, provocarían un conflicto global en la que todos los jugadores pierden.

La hipotética situación presentada no significa que la élite occidental no desee ver derrotada a Rusia, pues constantemente buscan alternativas multifactoriales para dicho fin. Pero sus dificultades no radican en el terreno y clima, sus estrategias no componen una confrontación militar directa, y no solamente incitar a conflictos de tipo proxy como el suscitado con la administración neo nazista de Ucrania.

La dificultad estratégica más importante de la élite occidental radica en la dirección del gobierno ruso y el tipo de sociedad que compone la federación, una muy compleja de infiltrar y abordar.




DIRECCIÓN DE LÓGICA Y ENFOQUE DEL GOBIERNO RUSO


Actualmente las relaciones geopolíticas ya no están determinadas por la visión ideológica, sino por los parámetros globales que condicionan la postura ante polos de poder en relación a cada interés nacional. En el caso de la Federación de Rusia, la noción ideológica es definida bajo el consumo interno de su planificación política, no como medio de efervescencia ante las masas.

La diversificación económica, la conservación de la familia, la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo con impacto en el individuo. han sido ejes elementales de acondicionamiento para la sustentabilidad de una estructura social que coadyuve a la fortaleza militar.

Expertos asegurarán de forma ingenua, que los estándares conservadores de la estructura familiar, es contraproducente con los esquemas analíticos de la ideología socialista, pero realmente no es así. Vladimir Ilich Lenin planteaba la adaptación del modelo ante peculiaridades históricas y culturares, ya que entendía que la conceptualización resultante de la aplicación ideológica, por muy fundamentada que pueda presentarse, deberá readaptarse y reconsiderar sus vértices conforme a los avances científicos, la visión de lógica social y la correlación holística de la economía con factores vinculantes.

Por tal razón podemos observar que, en parte, el Presidente Vladimir Putin de Rusia y el Presidente Xi Junping de China, aún siendo antagónicos en la visión del modelo ideológico aplicado, sostienen políticas conservadoras similares respecto a la rigidez de los valores del individuo, la formación familiar, el impacto en la consolidación cultural y el resultado directo e indirecto de las políticas educacionales con efecto en la lógica de defensa.

Las líneas presentadas terminan siendo efectivas si son directamente proporcionales a la independización del aparato de producción, y aunque ésta forme parte de un gran enramado global de comercialización, transacción e intercambio; deberá ostentar la capacidad de sortear situaciones emergentes y mantener una autosustentación interna independiente. En este punto el Presidente Vladimir Putin ha venido trabajando desde hace más de dos décadas, y el resultado es visible, el compendio de sanciones más numerosas y descaradas que se ha visto en la historia reciente, no ha hecho tambalear a Moscú.

Entre muchos factores adicionales en la lógica de poder estructural, para no hacer tan extenso este artículo, tomaré tres que considero esenciales, el primero radica en el concepto de aplicación de una diplomacia coherente, inteligente, extensiva, suficientemente prudente como para no generar debilidades geopolíticas.

El segundo compone la valoración de generar un influjo de adentro hacia afuera, y no al contrario; conjugándose con un tercer factor que asume claramente la capacidad de la influencia estratégica. Lo que ha generado, entre muchas otras cosas, el levantamiento de una industria tecnológica y militar poderosa.




ESTRUCTURA SOCIAL RUSA COMO ELEMENTO ORGÁNICO DE DEFENSA


Este aspecto se encuentra vinculado a las más estrictas líneas de acción que ha sostenido el Kremlin y su importancia es elemental, conforman la base sustancial de la soberanía rusa.

La estructura social es de índole mayormente conservador, no compone una variedad étnica desligada de los símbolos nacionales y se ha fusionado entorno a la formación de la familia. A esto debemos anexar una persistente identidad histórica, enriquecida con la conjunción de pueblos originarios de distintas procedencias dentro del compendio territorial, incorporando además una costumbre de índole marcial en su juventud.

Cuando la administración de un gobierno recurre a la instauración de políticas sociales que permiten la deformación de la familia, puede resultar efectiva para aventajar márgenes electorales ante la democracia occidental, pero también representa un peligro generacional que pondrá en jaque la soberanía de cualquier país en cuestión de tiempo. Este factor es extenso en el análisis y agrupa toda una metodología elitista occidental que ya ha sido detectada por Rusia y China.

El Presidente Vladimir Putin ha estado construyendo un sistema de gobierno con claras nomenclaturas de dirección social, enfocadas en mantener el parámetro esencial de la familia y sus bases de acción atadas a la construcción de una moral individual y colectiva enlazada con la narrativa histórica de la nación, generando sistemáticamente una identidad de cohesión efectiva entre pueblo y gobierno.

Esto permite, en gran parte de los casos, la forja de un joven que logra relacionar el sentido de pertenencia ante los símbolos nacionales y su composición histórica, con las bases emocionales de su propia familia. En otras palabras, se construye a un ciudadano(a) que entiende  la responsabilidad del deber patrio como parte indispensable del sentimiento familiar. Por tal razón el joven ruso que está siendo forjado por dicha lógica de identidad, representa uno de los desafíos más grandes de la élite occidental.

Esta reformulación de la conducta amplifica las prestaciones en todas las ramas de desarrollo, incluyendo la militar, tecnológica, económica y la capacidad en el desarrollo del conocimiento residente (la cual pasa por el sentido de pertenencia). 

Un joven que unifique el sentimiento de la familia con la identidad de códigos patrióticos, se relaciona estrechamente con su territorio de origen. Esto va en contra de los métodos de diversificación e individualización del ser emocional que constantemente direcciona la élite occidental a través de las plataformas digitales.

La ausencia de esta identidad, es la principal razón de que la sociedad civil ucraniana no haya ofrecido resistencia armada notable contra los combatientes rusos, situación que ha obligado a la administración política de Ucrania a recurrir a sus fieles movimientos nazis y mercenarios extranjeros.

A pesar de la impresionante presencia de operadores de inteligencia de la OTAN en Ucrania, se les ha hecho casi imposible efectuar operaciones efectivas de sabotaje o recepción de datos, dentro o fuera de territorio ruso, ¿saben porque?, la sociedad de identidad rusa (incluyendo Crimea y regiones del Donbás), son extremadamente difíciles de penetrar. 

Este concepto de conjunción de valores patrióticos con el estado psicoemocional del individuo ruso y su sentimiento familiar, ha servido también para consolidar los márgenes de compromiso de la sociedad civil con el desarrollo tecnológico-militar, donde se es factible permitir el crecimiento privado en el área, ya que no constituirán eslabones que comprometan la seguridad.

Hubiera querido escribirles sobre el misil crucero Burevestnik, el sistema subacuático multipropósito Poseidón, los misiles hipersónicos Kinzhal, el misterioso sistema Peresvet, los misiles intercontinentales Sarmat, el planeador hipersónico Avangard, los BM30 Smerch, Iskander, S400 Triumf, los vehículos blindados T72B3 y T90 (por cierto, soy operador/conductor del T72B1, entre muchas otras tecnologías militares rusas que harían pensar a cualquiera de cualquier aventura. Pero hubiera sido más de lo mismo, y no tomaríamos en cuenta el componente angular que sostiene la soberanía de una nación, el pueblo y la eficiencia en la dirección del liderazgo.



Atte. Omar Al Atrach
..."con celosos, Dragones de Acero".